viernes, 1 de febrero de 2013

Capítulo 21.

Tan pronto la vio entrar, Raúl se levantó y ambos se miraron a los ojos.
Ella, pensando en todos esos sueños en los que Raúl la iba buscar a casa para ir a tomar un chocolate caliente juntos.
Él disfrutando de su belleza, de su pelo ondulado y de esa tímida sonrisa que le volvía loco desde hacía meses.
En Soler sonaba "You're beautiful" de James Blunt, y por el destino, o porque ese día todo el mundo se estaba recuperando de la fiesta del día anterior, Soler estaba vacío.
Seguían mirándose, estuvieron así durante un minuto, y por un momento, el tiempo parecía haberse parado.
Para Anne sólo existía Raúl. Raúl y su sonrisa. Raúl y su forma de mirarla. Raúl y su sorpresa la noche anterior.
Y para Raúl, no había nada más después de Anne. Anne y su timidez. Anne y sus preciosos ojos. Anne y todo ese tiempo que estuvo esperando para poder lanzarse a por ella.
Pero, como siempre, eso tenía que romperse. No podía ser tan bueno. No tan perfecto. No podía ser tan fácil, y como no podía serlo, no lo fue.
Antes de que cualquiera de los dos pudiese reaccionar, un disparo les hizo tirarse al suelo, intentando agarrarse las manos, temiendo que fuese lo último que fueran a hacer.
- ¡ Todo el mundo al suelo ! No hagáis que me arrepienta de no haberos metido un balazo en la cabeza.
Anne levantó un poco la vista para ver que estaba pasando, y antes de sentir un dolor insoportable, vió a dos hombres con dos pistolas y con pasamontañas. Uno de ellos acababa de dispararle en una pierna.
- Hey, rubita, la próxima vez te volaré los sesos, así que intenta mantener la cabeza agachada.
Anne no podía soportar el dolor, era insoportable, y además, no paraba de sangrar. Aún así no hizo ni el más mínimo ruído, y apretaba la mano de Raúl para evitar gritar.
¿Cómo podía haber cambiado todo tan rápido? Habían pasado de estar disfrutando de lo que ellos creían llamar amor a estar tumbados en el suelo de Soler, Anne sangrado y con un tiro en la pierna, y, además dos hombres con pasamontañas que amenazaban con volarle los sesos.
- Tú, chavalito, ayúdale a tu novia a ponerse en pie, nos largamos. - Les dijo uno de los hombres.
Raúl lo hizo sin protestar, por miedo de que volviesen a darle a Anne, y una vez la puso de pie, se puso delante de ella para protegerla.
Salieron de Soler y todavía sonaba "You're beautiful " .