domingo, 30 de diciembre de 2012

Capítulo 20.

-Anne, ¿cuándo vas a quedar con Raúl? Porque con la cara que tienes... - comentó Marga sacándole la lengua mientras comían.
-Pues no sé, no quiero que me vea con el ojo así...
-¿Y si te arreglamos eso y quedas hoy con él? -preguntó Clara- Además, ya hablasteis con vuestros padres y no tendrás hora de llegar, podréis estar juntos todo el tiempo que queráis.
La verdad es que no era mala idea. Ya solo pensar en volver a ver a Raúl hacía que el corazón se le disparase.
-Está bien, ¿dónde y a qué hora le digo que quedamos? -Dijo Anne sonriéndole a sus amigas.
-A las ocho y media en Soler, y así os tomáis algo mientras charláis. -Propuso Laura.
-¡O lo que sea que vayáis a hacer!-Añadió Noa riéndose.
Anne fue a mandarle un mensaje a Raúl desde el ordenador de Clara, preguntándole si le parecía bien quedar ese mismo día en el bar Soler a las ocho y media.
Su respuesta no tardó en llegar, diciéndole que era perfecto y que estaba deseando verla.

- ¡Chicas! - gritó Anne una vez leída la respuesta de Raúl - Teneis que arreglarme mi ojo para las ocho. No quiero parecer un mapache.
Estuvieron hasta las ocho provando en el ojo de Anne todo tipo de maquillajes para disimular la enorme mancha negra que tenía.
Aun que aún se le notaba bastante, lo disimularon lo suficiente para que no pareciese que acababan de atracarla por la calle y que ella se había defendido hasta no poder más.
- ¡Anne, apura que sólo quedan veinte minutos y para llegar a Soler a tiempo te hace falta!
- ¿Voy bien? - preguntó Anne poniéndose delante de sus amigas. - No sé, creo que este vestido me hace parecer gorda..
- Estás preciosa, Anne. - le dijo Marga mientras la abrazaba.
Y realmente lo estaba.
Anne llevaba puesto un precioso vestido de flores y su precioso pelo rubio suelto, pues hacía un día soleado y sin pizca de viento.
- Deseadme suerte, y rezad para que no me mire raro cuándo me vea. - Les dijo la chica mientras todas se abrazaban.
- Tranquila, no creo que note que eres la reencarnación de un mapache. - Se burló Clara mientras le daba un fuerte y sonoro beso en la mejilla.
Anne salió de casa de Clara casi corriendo, ya que para llegar a Soler le hacían falta veinte minutos como mínimo, y con las despedidas pues se le habían quedado en diez.
Miraba el reloj continuamente, y no paraba de murmurar "no llegaré a tiempo, no llegaré a tiempo" .  Corrió y corrió, pero llegó cinco minutos tarde.
Maldiciendo en voz baja entró en Soler. Era una cafetería antigüa pero muy bonita. Las mesas estaban situadas de forma que dejaban un pasillo en medio por dónde podías llegar al final de la cafetería, dónde estaba el mostrador. Tenía el inconfundible olor a chocolate fundido, pues su especialidad era el chocolate con churros.
Anne, siempre que entraba en Soler se pasaba unos segundos saboreando ese olor. Ese día descubrió que no era la única, pues Raúl se encontraba en una de las mesas del final disfrutando del aroma que desprendían dos chocolates calientes que había pedido.

martes, 25 de diciembre de 2012

Capítulo 19.

Anne decidió empezar leyendo los de Raúl. El primero decía lo siguiente.

"Anne, siento mucho lo que pasó ayer en el concierto, la verdad no pensé que ese chico se pondría así. Me había informado y tenía entendido que no estabas con nadie, por eso esperé a este concierto. Lo siento muchísimo."

El segundo, más breve tenía cierto tono preocupante.

"¿Cómo está tu ojo? Espero que bien. Me gustaría poder quedar un día de estos contigo. Dime día, lugar y hora. Un beso."

Ella no respondió a ninguno de los mensajes de Raúl, tenía que leer lo que Juanjo le había escrito. El primsegundo la hizo enrojecer de la ira.rimas, y el segundo la hizo enrojecer de la ira.

"Anne, podrías decirme a que vino lo de aquel gilipollas? De que va ese rubiales? Y de que vas tú ,eh? Eres una falsa!"

"Espero no tener que volver a verle, porque como le pille por la calle le destrozo la cara!"

Anne no podía creérselo. Uno le demostraba tanto en tan poco tiempo, y el otro, al que conocía desde hacía años se comportaba como si tuviese dos años. Finalmente, decidió no contestar a los mensajes de Juanjo, pero sí a los de Raúl rápidamente pero diciéndole todo lo necesario.
"Está bien, gracias, un poco morado, pero eso  se me pasará. Olvídate de lo que pasó, ese chico no es muy normal, lo siento mucho. ¿Tú como estás? A mi también me gustaría volver a verte, un beso. "

Apagó el ordenador y volvió a la cocina para contarle a sus amigas lo que acababa de leer.
- ¿Juanjo te ha dicho eso? ¡ Vaya caradura ! -comentó Noa indignada mientras se comía la leche con cereales.
- La verdad es que yo siempre le vi un poco gilipollas. - Dijo Marga - Vamos, no pongais esa cara de "pero esta que dice" , al chico ya se le veía que no tenia muchas luces.
Todas rieron a carcajadas con el comentario de la mayor del grupo.
- Además - prosiguió ella - no se puede negar que Juanjo no le llega ni a los tobillos a Raúl. Por cierto - dijo dirigiéndose esta vez a Anne - ¿cuándo nos ibas a contar que habías quedado con él en el concierto?
Anne se atragantó y con el ataque de tos tubo que esperar un rato para poder hablar.
-¿Qué? - Preguntó una vez que la tos hubo cesado. - Yo no quedé con él en ningún sitio, de echo, sólo había hablado con el por tuenti una vez. No tenía ni idea de que él estaría allí hasta que le vi. 
Sus amigas la miraban pícaramente, lo que hizo que Anne se enrojeciese hasta las orejas.
- ¡En serio! Vamos, chicas, sabéis que si hubiese quedado con él os lo contaría.
- ¿De verdad? - Preguntó Laura irónicamente - Pues yo creo que no.
- ¿Por qué dices eso?
- ¿No hay algo que no nos has contado? - Le preguntó Noa con una sonrisa en los labios.
- Que yo sepa n...Espera un momento, ¡vosotras visteis lo que le escribí a Raúl como contestación al mensaje! ¿Pero cómo..?
- ¿Piensas que somos tontas o qué?
- Sois unas arpías, que lo sepáis.
Todas rieron y así pasaron el resto del día, riendo, haciéndose bromas y difrutando de la bonita amistad que compartían. La noche anterior, si no era por su ojo morado, para Anne quedaba ya muy lejos.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Capítulo 18.

Todo pasó demasiado rapido.
El puñetazo de Juanjo a Raúl, Anne metiéndose en medio. La bofetada de Juanjo a Anne, sin querer o queriendo, quién sabe.
Raúl golpeando a Juanjo, y las chicas agarrando a Anne, inconsiente, con una parte de la cara roja.
Anne recuerda pasar una de las peores noches de su vida.
Tuvo suerte de dormir en casa de Carla, porque la parte derecha de su cara estaba roja, su ojo inchado y de un color morado que a sus amigas no les gustó nada.
- Estoy bien. - les decía Anne cada vez que ellas le proponían ir al médico a que le mirasen el ojo - Sólo está un poco inchado por el golpe, pero está bien.
De echo, su ojo estaba mucho mejor que ella por dentro.
¿Por qué Juanjo había echo eso? Anne no dejaba de preguntárselo, pero era incapaz de intentar hablarlo con cualquiera de sus amigas.
- Anne, ¿el chico con el que se pegó Juanjo era Raúl?
Levantó la cabeza y vio los ojos de sus amigas clavados en ella, esperando una explicación.
- Sí, era Raúl.
- ¿ Y qué pasó, Anne? Cuando te miramos iba a besarte, y luego llegó Juanjo y...bueno, ya sabes.
Anne no pudo aguantar más y se puso a llorar.
Le explicó a sus amigas todo lo que sentía, que en realidad ella sólo veía a Juanjo como un amigo, y que sin conocerle, se había enamorado de Raúl. Les contó todo lo que Raúl le había susurrado al oído, y lo feliz que se había sentido durante unos minutos.
Y derrepente, a Anne le recorrió una oleada de ira por todo el cuerpo. Una ira que iba dirigida a una persona: a Juanjo.
- ¡Me ha estropeado el mejor momento de la noche! Y por encima, mirad mi ojo, ¡casi no puedo ni tocarle! ¿Qué se cree? ¿Que puede ir pegando leches por ahí a diestro y siniestro? ¡Ese chico es retrasado mental!
Estuvieron hablando hasta altas horas de la madrugada, y cuándo Anne pudo conciliar el sueño, ya aparecían los primeros rayos de sol.
Ese día durmieron hasta tarde, y para alegría de Anne, la inchazón de su ojo había bajado considerablemente, aunque el color morado de la noche anterior se había convertido en negro.
- Llamad a vuestros padres - dijo Clara mirándolas a todas - de que os quedáis hasta mañana. Así me hacéis compañía y miramos de arreglarle la cara a Anne.
- ¿Me estás llamando fea?
- Algo así.
Toda la tensión de la noche anterior se había esfumado, y las cinco amigas empezaron a hacerse bromas y a reírse como si la pelea de la noche anterior sólo fuese un mal sueño.
- Clara, ¿me dejas tu portátil?
- Claro, Anne, ya sabes que mi casa es tu casa. Ve tú a por él mientras preparo la comida con estas petardas, está encima de la cama.
Anne fue a la habitación y encendió el ordenador. Accedió a su cuenta en tuenti y, a parte de comentarios en el tablón y fotos tenía cuatro mensajes privados, dos de Raúl, y dos de Juanjo.