sábado, 17 de diciembre de 2011

Capítulo 10.

  • Anne, ¿qué está pasando?
  • ¡Es mi hermano! Javi está en el hospital.
  • ¿Qué le ha pasado?
  • No lo he... -Anne tiene que pararse, ya que las lágrimas no le dejan hablar bien.- algo así como que la cara le ha empezado a temblar sola. ¡No lo sé Juanjo! Tengo que ir rápido.
Y dicho eso, la chica se hecha a llorar abrazada por ese chico, que lo último que esperaba es que algo así le pasase al hermano pequeño de la chica de la que está enamorado.
  • Te llevo en moto, tengo dos cascos. Vamos.
  • ¿Enserio? -Anne levanta la cabeza y le mira a los ojos. Están brillando.
  • Te quiero, Anne.
Juanjo la agarra por una mano y salen corriendo hacia el garaje y en menos de veinte minutos están en el hospital.
En la entrada, Anne ve a sus padres.
  • ¿Cómo está? ¿Qué ha pasado?
  • Anne, tranquila -dice su madre acariciándole el pelo. - Javi está perfectamente. Le han echo las pruebas y tiene epilepsia pero en un nivel muy bajo. Con una medicación diaria todo irá bien. Te quiere ver.
  • ¿Enserio está bien?
  • Sí, cariño. -La madre se da de cuenta de la presencia de Juanjo. - Anda, Juanjo, ¡hace cuánto que no te veo!
  • Hola Cristina, estaba ayudando a Anne con las matemáticas cuando llamaste, y vinimos lo más rápido posible aquí. ¿Cómo está Javi?
  • Está bien. Ve a verle, sabes que te idolatra.- A Cristina, la madre de Anne se le escapa una risita. Ese chico realmente es genial; estudioso, guapo, con sentido del humor y muy deportista. No estaría mal para Anne.
  • Bueno, mamá, papá, vamos a ver a Javi.
  • Ahora vamos nosotros, tomamos un café y vamos para la habitación. Es la 108 del color verde.
  • Está bien.
Anne y Juanjo se ponen a andar hasta la habitación de Javi, y cuándo llegan le ven dormido.
Al ver esa imagen de su hermano, Anne vuelve a ponerse a llorar, esta vez aún más que antes.
  • Anne, ¿qué pasa ahora? Él está bien, te lo han dicho tus padres. No llores.
Pero esta vez, ni las palabras de Juanjo consiguen tranquilizarla, pero Anne deja de llorar cuando oye una voz muy débil procedente de la cama delante de la cual está.
  • Anne, mi cara ha temblado por arte de magia. ¡Ha sido una pasada!
  • ¡Javi! -la chica le abraza y le besa en la mejilla mientras sus lágrimas empapan la cara del niño.
  • Pero, ¿por qué lloras Anne? ¡Ai! Para que me estás empapando. - en ese momento, el chiquillo, se da cuenta de la presencia del otro joven. - ¡Juanjo! ¿Qué haces tú aquí?
  • Hola pequeño. Nos has dado un buen susto a todos, chaval. -Juanjo despeina cariñosamente el pelo de Javi. -Tu hermana ha llorado mucho, y como ves sigue haciéndolo. ¡Dale un abrazo hombre!
Javi mira a su hermana, que no le ha soltado la mano y no ha dejado de llorar. El niño también empieza a hacerlo; pocas veces ha visto a Anne llorar así y la abraza muy muy fuerte, y ella le devuelve el abrazo.
  • Te quiero mucho, Anne. -dice el niño, que sigue llorando.
  • Yo también tonto, aun que me robes el maquillaje y me lo escondas.
Los dos hermanos dejan de llorar y Juanjo mira sonriente para ellos.
  • ¿Juegas mañana en el campeonato de tenis?- pregunta el chico.
  • Sí, y tengo pensado ganarlo – contesta Javi sonriente. - y además, tengo pensado dedicarle mi victoria a mi hermana, aunque supongo que como tú también juegas, también se la dedicarás, como eres su novio...
Anne mira a su hermano con los ojos muy abiertos, este le hecha la lengua y sigue hablando.
  • No me digas que no Anne, porque te he visto abrazada a él cuándo llegasteis.
  • ¿Estabas despierto?
  • Estaba medio dormido, dejémoslo ahí.
  • ¡Eres idiota, Javi!
  • Pero, ¿a que sois novios?
  • Javi, descansa enano.
  • ¡Juanjo! ¡Admítelo ya! A los chicos del tenis siempre les dices que Anne será tu novia si o sí, y ahora, ¿sois novios a que si?
  • Sí, somos novios,¿ pasa algo?
Esta vez es Anne la que contesta, y no sabe muy bien por qué, pero dice que si, y mira a Juanjo, que a la vez, está mirando para la puerta.
  • Hija, ¡menudo novio tienes! ¿no?
La madre y el padre de Anne, que traen tres bocadillos, miran sonriente a la “pareja” y al niño, que esta vez, ha echo de Cupido.


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