viernes, 2 de diciembre de 2011

Capítulo 6.

Sigue lloviendo.
Su hermano, ha subido varias veces a avisarle de que le han llamado varias veces al teléfono, pero siempre le ha mandado que dijese que estaba dormida.
No le apetece hablar con nadie. Solo quiere llorar. Y llora.
Anne lleva haciéndolo dos días, y no parece que vaya a parar.
Está escuchando música, suena Jóvenes eternamente, de Pol 3.14. Al escuchar esa canción, Anne aún llora más.
Recuerda esos momentos con él en el parque, el día que le conoció, después de casi dos meses hablando con el por las redes sociales y por SMS.
Y yo, que no puedo estar sin ti, no he encontrado la manera de que no tengas que morir.
Con esa frase de la canción, Anne, comienza a llorar desconsoladamente.
Todo esto tiene que ser una pesadilla, no le puede estar pasando a ella.
Mira por la ventana, ahora llueve menos. Lleva todo el día encerrada y sin salir, le apetece ir a la calle.
Se mira al espejo. No puede reconocerse. Tiene los ojos rojos e hinchados de llorar; su pelo, está muy mal peinado y sus mejillas están muy rojas. Decide que va a darse una ducha.
Ya debajo del agua, Anne se tranquiliza un poco. Cierra los ojos y le ve. A él y a ella corriendo en ese parque en el que se veían todos los viernes antes de que ambos fuesen a clase; corren y ríe, se besan.
De sus ojos caen lágrimas, que se mezclan con el agua de la ducha. ¡Cómo le quiere! ¿Cómo es posible que él no quiera seguir con esto? ¡Si estaban muy bien!
No lo entiende, no tiene sentido.
Anne, acaba de ducharse rápido y se mira al espejo.
Ha cambiado mucho en los últimos meses, ahora, se mima más a sí misma, o se mimaba, porque ahora, no tiene a nadie para quién ponerse guapa.
Hasta en eso le afecta que se haya acabado su historia perfecta, perfecta pero con final. Y ese final empezó hace dos días, y se ha convertido en un infierno para ella...

No hay comentarios:

Publicar un comentario