sábado, 26 de noviembre de 2011

Capítulo 2.

Se mira al espejo.
Pantalones cortos blancos, una camiseta violeta y una chaqueta también blanca. Para sus pies, las Converse blancas. Su pelo, como casi siempre, recogido en una coleta.
Estamos a principios de junio, y como siempre, Anne se está preparando para ir al instituto.
Es una chica con una media de sobresaliente, y estudiar, no le disgusta. Le encanta el inglés, y le encantaría estudiar en Londres.
Su vida en el lugar donde vive no es genial, la verdad.
Tiene amigas, muy buenas, pero a menudo se meten con ella. No es conocida como la empollona, pero si creen que ella es la niña perfecta para todos los profesores y por eso la juzgan.
Con esa descripción se puede pensar que es una chica poco sociable, pero al contrario, ella es extrovertida, le gusta salir por ahí y tiene un gran sentido del humor.
Su gran problema es la poca confianza que tiene en si misma, y esa inseguridad es el resultado de lo mucho que se burlan de ella. Por eso le encantaría irse a estudiar lejos.
Se asegura de que no le queda nada por meter en la mochila, coge su móvil y se mira al espejo por última vez. ¿No está tan mal no? Bah, que más da.
Camina hasta la parada del bus. Como siempre, ahí está esperando también Juanjo, que la saluda con una amplia sonrisa, también como siempre.
- Hola, Anne, ¡qué guapa estás! ¿Qué tal?
-Hola, Juanjo. -contesta mientras se sonroja- Muy bien, ¿y tú?
-Bien, deseando que se acaben las clases y que empiece el verano.
Juanjo suelta una carcajada y la mira. Ella también lo hace; Juanjo no está mal, en realidad es muy guapo, y desde que ella va a ese instituto, siempre se encuentra con él en esa parada de autobús, y siempre se sientan juntos.
Tienen gustos muy parecidos, a ambos le gustan grupos como Simple Plan, Sum 41, Maldita Nerea, Coldplay; les gusta leer, y comparten libros. En el cine también tienen gustos parecidos, y ya han ido a ver alguna película juntos. Además, ambos tocan algún instrumento, él el saxofón y ella el piano.
-¿Qué tal te va con los exámenes?
-Bastante bien, aun que seguramente no tan bien como a ti. Podrías ayudarme algún día si te apetece.
-Soy un año menor que tú. ¿Cómo pretendes que te ayude? - le contesta ella soltando una carcajada.
-Seguro que sabes y entiendes mucho más que yo. ¿Te parece si quedamos esta tarde?
¿Le acaba de proponer de quedar esa tarde? Pero, Juanjo siempre ha sacado muy buenas notas, incluso mejores que las de ella. Sin saber por qué, acepta y le sonríe.
- Claro, dónde, ¿en tú casa?
-Perfecto, a las cinco, ¿te parece bien?
-A las cinco está bien.
El autobús ya había llegado al instituto y eran los últimos en bajar. En la entrada, las amigas de Anne la esperaban, como siempre.
-Hasta después, Anne.
-Adiós, Juanjo.
Intercambian sonrisas y cada uno va hacia un sitio. Él hacia su grupo de amigos, y ella a junto sus amigas.
-¡Anne! ¿Me has traído el resumen de historia para la recuperación? Tengo el examen el martes y debería empezar a estudiar.
-Si, lo he traído, Carla, tranquila, respira. ¿Qué tal ayer con Álex?
-Bien, no se ha lanzado, pero hemos estado cerca. Me ha invitado a un chocolate y nos fuimos hasta el Parque de los Olmos, estuvo bien, aun que podía lanzarse ya.
-Pobre Álex, mujer. Ya sabes como es, un poco paradito. Yo de ti, me buscaba a otro.
Esa era Marga, de las cinco chicas, la más lanzada. Nosotras, habíamos perdido ya la cuenta de con cuantos chicos había estado, pero sabíamos por qué lo hacía, a ella ya le habían hecho daño.
-Marga, ella quiere a Álex, yo creo que hace bien en esperarle.
-Pues yo creo que se le está pasando el arroz. Además, llevas esperándole más de dos meses, yo creo que es hora de que te levantes, o de que pases al plan B.
-¿Qué plan B?- pregunta Noa.
-El plan B, sería, pasar al chico B.
-¿Chico B?- preguntamos todas al unísono.
-¡Por Dios! Todas sabemos que Martín lleva muchos meses intentando algo con Carla. Y Martín, no está tan mal, eh! - explica Marga dándole un codazo a Carla y sonriéndole picaramente.
-Eres estúpida, sabes perfectamente que Martín solo es un amigo – explica la chica cruzándose de brazos – y ami no me importa para nada esperar más a Álex.
-Si, seguro. Ya me dirás eso dentro de tres semanas más, no vas a aguntar. - Marga suelta una carcajada y luego se dirije a Anne, que está sonriendo ante la conversación entre sus dos amigas- Y tú, ¿has hablado ya con el chico ese?
-¿Yo? No, aún no.- Contesta ella sonrojada. - Ya te he dicho que siempre está rodeado de gente y me da mucha vergüenza.
-¡Ves! A ti, también se te va a pasar el arroz.
-A mi no se me va a pasar nada porque ni le conozco.
-Será por conocerle – interviene Noa – nos has contado toda su vida, no sé quién te la ha contado, pero cada día nos cuentas algo distinto de él, y no hablemos ya de cuando le ves y nos cuentas todo lo que llevaba puesto.
-Noa tiene razón, tú si que le conoces – comenta Laura, que acaba de llegar y ha escuchado la última parte de la conversación – le conoces como si vivieras con él, el que no conoce aquí, es él a ti, porque le evitas. Cosa que no entiendo, porque ¿qué puedes perder?
Las cuatro miran a Anne, esperando una respuesta, pero antes de que ella pueda responder suena la sirena, es hora de entrar en clase.

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